domingo, octubre 03, 2004

Entre la gastritis y el blog, ese pequeño canalla

Estos días la maníaca sensación de suponerme un motor de carro ha dejado llanto en algunas calles, en ciertos semáforos. No es la ciudad, como acredita Cortázar, la que abre sus fauces para extraviar el deseo, es este intestino de veinte metros que oculta con satisfacción lo que arde y chilla y es la cocacola y es el café y son mis barritas marinela (que tornan irrefrenable la caída) que abren con precipitación el enorme boquete a la mitad del esófago.
Por otro lado, en virtud de cierta honestidad pauperizada, he dejado las letras (que grite la lumpenidad, que ardaTroya) para mejores momentos. El blog debe ser mera catarsis, trasunto y no asunto literario. Compendio de la insignificancia escrita que hace necesaria e irremediable la voluntad de hacernos pendejos. De eso se tratan los blogs, son una suerte de archivo que documenta la indolencia literaria y al mismo tiempo nos acredita fichas de optimismo redentorista.
Y más: el blog es volver a la fascinante y sensiblera condición del novelista por entregas del siglo XIX, pero con menos tablas, menos tiempo y con un velo de mierda que se tiende entre nosotros y los lectores.
Así debió hablar Zaratustra. Amén.

2 Comments:

At 7 de octubre de 2004, 9:17 a.m., Blogger Dulce M González said...

Buena reflexión. Habría que agregar que en estas novelas por entregas no hay inicio ni desenlace, sino pura parte de enmedio, pura inmediatez. Saludos.

 
At 11 de enero de 2010, 12:09 a.m., Anonymous Anónimo said...

Your blog keeps getting better and better! Your older articles are not as good as newer ones you have a lot more creativity and originality now keep it up!

 

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