viernes, noviembre 05, 2004

Advierto la intifada del rotavirus. No lo dejaré -me digo- y sigo bebiendo la sangre de Cristo (un vino medio pinche, chileno). Esta vez Lágrimas Negras de Bebo y El Cigala acompaña el exabrupto bronquial.
Quedé con ganas de hablar de mi taller, de esos locos de la guerra que escriben y es el cisma, que tocan el abismo y se tapan la boca.
Fui la ilusión de tu vida -canta con esa voz pletórica de garras, El Cigala- y acometo por el segundo vaso de vino (tomar en copa me resulta poco viril -y no me puedo dar ese lujo a estas alturas del partido-) para infiltrar mejor al rotavirus, que ahora baila en algún bronquio.
Dije qué ganas de hablar de mis alumnos. Tengo de cierto que eventualmente leen esta página, no les daré ese placer.

2 Comments:

At 5 de noviembre de 2004, 10:32 a.m., Blogger La Maz said...

Dale nomás, yo ya he dejado de leerla.

 
At 20 de diciembre de 2004, 9:15 p.m., Blogger cé. said...

este.... será que ha bebido del mismo sangre de cristo que conozco? porque el mío no es chileno, sino del meritito parras coahuila, y bueno, podríamos decir que es pinche si tomamos en cuenta de que es vino para consagrar y no cuesta más allá de 60 pesitos... aunque (le confieso uno de los numerosos gustos que me apena revelar) prefiero el sangre de cristo a uno de esos vinos caros que compiten en amargura con mi lento caminar.

saludos de nuez,

lu.

 

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